Pablo, tras muchos años en grupos, contaba con un baúl repleto de canciones que nunca habían visto la luz. Pequeños secretos que crecían día a día y empezaban a rebosar por las comisuras de su disco duro. Un día decidió mostrárselos a Adriana, convirtiéndola en su cómplice, y ella les puso voz. En diciembre de 2010 hicieron su primera actuación, donde Iñigo, de Damaged Dolls, les propuso producirles junto a su socio Roberto C Meyer. Todo menos unos productores al uso. En verano de 2011 grabaron el disco entre los cuatro, que ahora edita Everlasting Records. Iñigo, guiado por sus instintos, decidió ir un paso más allá y formar parte de Tremenda Trementina, cerrándose así el círculo que contiene preso al animal que hay en cada uno de nosotros. La última incorporación ha sido Javier a la batería, que con su ritmo otorga la guinda al pastel que os estáis a punto de comer. Tremenda Trementina, como el gato, son capaces de saltar por la ventana para perseguir un haz de luz, más cerca de un instinto que de una habilidad.
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