En música como en todo, ser amable no es pecado. Más bien un don casi cool en estos tiempos crispados. Las grandes canciones siempre han tenido su punto de paliativo universal contra el pesar o el cabreo. Pues bien, de eso va, en parte, Yani Como…Terapia de choque en guante de terciopelo. Música que bajo su rasgo amable oculta cicatrices transferibles y alma taciturna en formato de pop clásico de diseño inteligente.
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